La Comisión de Fiscalización y Control Político de la Asamblea Nacional del Ecuador recibió virtualmente, el día de ayer 15 de julio de 2020, a seis investigadores y científicos ecuatorianos de diferentes instituciones de educación superior para que compartan sus criterios y conocimientos técnicos en torno al uso del dióxido de cloro para tratar y combatir el COVID19.

Participantes de la Sesión 110 de la Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional.

El Dr. Paul Vargas Jentzsch, profesor del Departamento de Ciencias Nucleares de la Escuela Politécnica Nacional y delegado de esta casa de estudios, resaltó en su intervención que “el dióxido de cloro se usa como desinfectante y blanqueador industrial. Se lo conoce hace más de un siglo sobre sus propiedades antimicrobianas, entre las que destacan su efectividad contra Giardia y Cryptosporidium, dos parásitos que resisten incluso a la desinfección con cloro”.

El investigador, enfatizó que este hecho ha sido distorsionado por promotores del uso terapéutico del dióxido de cloro para convencer a sectores de la población que soluciones acuosas de este gas pueden ser bebidas e incluso inyectadas para prevenir y curar diversas enfermedades y, actualmente, quieren utilizarlo como supuesta cura para el COVID-19.

El Dr. Vargas también hizo referencia a la Administración de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) y sus advertencias sobre el mal uso del desinfectante dióxido de cloro. Con base a información publicada por la FDA, ha sido contundente al destacar que la administración de dióxido de cloro como supuesta cura puede tener una serie de efectos adversos en el ser humano, que van desde vómitos y diarreas hasta afectaciones severas como la reducción en el conteo de glóbulos rojos en la sangre, daños al hígado y riesgo de muerte debido a baja presión sanguínea y cambios en la actividad eléctrica del corazón.

Finalmente, expresó que “lo que menos necesitamos es una segunda crisis sanitaria a la par de la que ya tenemos, esta vez debido al consumo de un compuesto tóxico, que todos los organismos de control del mundo saben que es tóxico y, además, hay múltiples advertencias publicadas”, concluyendo que el dióxido de cloro no es apto para el consumo humano.

En el marco de esta comparecencia, participaron los investigadores: Enrique Eduardo Terán Torres, PhD en Farmacología y docente de la Universidad San Francisco de Quito; Ana María Gómez y Ruth Jimbo Sotomayor, de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE); Mónica Tarapués, presidenta de la Sociedad Ecuatoriana de Medicamentos y Seguridad de Pacientes; Pablo Araujo, de la Universidad Central; y Paul Vargas Jentzsch, docente de la Escuela Politécnica Nacional.

Cabe recordar que hace una semana esta misma Comisión recibió a Andreas Kalcker, biofísico alemán creador de la Fórmula Magistral CDS, antídoto del COVID-19, así como a varios miembros de su equipo de investigación en Ecuador, quienes mencionan haber realizado varios estudios con pacientes en Guayaquil, con resultados excelentes, no solo en el control de la enfermedad de pacientes COVID positivo, sino en la prevención de nuevos contagios.