Temas de Víctor Jara, Violeta Parra, Óscar de León se escucharon en la sala de conciertos de la Casa de la Música. Se trató de un homenaje especial al compositor cuencano Francisco Paredes Herrera.

Este evento se realizó en la clausura de la cuarta edición del Festival Voces de la Mitad del Mundo, un encuentro internacional de voces a cappella, que difunde la música coral.

En la presentación de 19 agrupaciones corales de Ecuador, Argentina, Cuba, Chile y Colombia, los asistentes se deleitaron con voces potentes y sutiles, pero también disfrutaron de toda una puesta en escena dedicada a la clausura del festival.

La jornada arrancó con el grupo que Juan Carlos Velasco, director, anunció como uno de los más emblemáticos del país. Se trataba del coro de la Universidad Central del Ecuador, que en las voces de 54 miembros maravilló al público con ‘Duerme negrito’, de Víctor Jara.

Las universidades de las Américas, de Los Hemisferios y la Escuela Politécnica Nacional tuvieron su intervención en la clausura, interpretando ritmos variados en versión coral, desde pasillo hasta salsa.

Los vestidos largos de las mujeres y los trajes oscuros de los hombres fueron el particular que pintó de gala la noche de coros, con voces de todas las edades. Algunos coros combinaron su canto con instrumentos de viento, percusión y cuerdas y con pasos básicos de baile, según el tema que interpretaban.

Otros, introdujeron al público en su canto con sutiles movimientos y expresiones faciales imponentes, lo que demostró que la música coral combina otras expresiones artísticas en su interpretación.

Un ejemplo de esta puesta en escena fue la intervención del Coro del Teatro Bolívar, que realizó todo un performance durante su canto. 24 integrantes, hombres y mujeres vestidos de negro, interactuaron durante la canción. Cuando el coro fue anunciado, los primeros en ingresar fueron los hombres. Lo hicieron marchando y se desplazaron por el escenario mostrando expresiones acordes al ritmo musical, para luego recibir en escena a las mujeres que se integraron a la interacción, una especie de fusión entre música coral y teatro.

Fuente: El Comercio