Ante la desinformación que circula en redes sociales con respecto al arrendamiento y ocupación de espacios en el campus de la EPN, es menester hacer ciertas precisiones:

Los locales destinados al expendio de alimentos o al servicio de fotocopiado, fueron entregados en la anterior administración bajo precarias figuras legales. Es así que la Contraloría General del Estado a través de la Dirección de Auditoría Interna, ha dispuesto que se regularice el arrendamiento de esos locales, empleando las figuras legales que corresponden. El cumplimiento de aquello implica forzosamente, que los pseudos contratos firmados anteriormente deban ser terminados. Evidentemente, esa medida debe ser progresiva y planificada, para no afectar a la comunidad politécnica, y a la vez, dar un tiempo prudencial a los arrendatarios para que organicen su salida. Es decir, la EPN no se va encontrar desprovista de los servicios de alimentación ni de copiado.

De este modo, en septiembre del año pasado, se notificó por escrito al primer grupo de ocupantes, para que en noventa días desocupen los locales en cuestión. Actualmente, se está comunicando al siguiente grupo de arrendatarios para que procedan con la entrega de los espacios. Es importante señalar, que se está llevando a cabo una planificación de los nuevos arrendamientos a través del portal de compras públicas, tal como manda la ley. Ahí podrán participar los actuales arrendatarios, quienes, si en verdad ofrecen un servicio de calidad con el cumplimiento de elementales obligaciones, probablemente serán adjudicados con un nuevo contrato.

Tampoco puede pasarse por alto el hecho de que en los parámetros que analiza el CEAACES en la evaluación y acreditación, se tiene en cuenta al manejo de los espacios con que cuenta una institución para los fines antes mencionados. En su gran mayoría, los locales no han contado con permisos de sanidad ni de bomberos; omisiones que pueden afectar a los resultados de la evaluación. Si todos los miembros de la EPN tenemos la consigna de que nuestra institución debe alcanzar estándares de excelencia y gozar de prestigio internacional, debemos entender que el concepto de calidad es integral, no solo académico. Por ejemplificar, ¿será que las mejores universidades públicas de Latinoamérica, verbigracia: Universidad de Buenos Aires, UNAM, Universidad de Chile, Universidad de São Paulo, etc., los parámetros que manejan, permiten un desorden en la adjudicación y utilización de sus espacios?

El objetivo de las actuales autoridades es claro. La Escuela Politécnica Nacional debe seguir trabajando en todo lo imperioso para alcanzar la excelencia y la calidad. Más aún cuando de por medio está el cumplimiento de exigencias legales y el respeto elemental a medidas sanitarias y de seguridad. Ese objetivo, que es de interés general, no puede estar supeditado a la conveniencia de un grupo de personas que han estado lucrando en la EPN, a la luz de contratos que jurídicamente no pueden continuar. Y es claro que, al ser contratos atinentes al uso de locales, no está de por medio ninguna relación laboral, por lo que una supuesta afectación al derecho al trabajo es solo una falacia más que no tiene ningún asidero de veracidad.

Sigamos trabajando todos por la calidad integral que queremos alcanzar.