El Banco de Alimentos de Quito, se creó en el 2003, como iniciativa de profesores y  personal de la Escuela Politécnica Nacional, con la finalidad de evitar el desperdicio de alimentos, brindando soluciones integrales para combatir el hambre en Quito y redistribuyendo estos productos a personas con vulnerabilidad alimentaria.

Alicia Guevara, Directora del Banco de Alimentos, durante la exposición de los logros en estos 16 años. 

Durante el 2018, el Banco de Alimentos, entregó 218.157 kilos de alimento, beneficiando a más de 13 mil personas, comprendidas entre niños (42 %), adolescentes (29 %), adultos (12 %) y adultos mayores (18 %). Hoy, al conmemorar 16 años de este proyecto con alta responsabilidad social, directivos de la Escuela Politécnica Social, visitaron las bodegas donde se almacenan y clasifican los alimentos donados.

Instalaciones del Banco de Alimentos de Quito de la EPN, ubicadas en San Bartolo. 

Alicia Guevara, Directora del Banco de Alimentos, destacó que este proyecto, desde su creación, ha recaudado 1.770.656 kilos, lo que ha permitido que miles de personas puedan alimentarse. Por su parte Juan Carlos de los Reyes, Director de Investigación y Proyección Social de la Escuela Politécnica Nacional, resaltó la importancia de este proyecto de vinculación con la sociedad, porque permite fortalecer los procesos de investigación e innovación que realiza la Universidad.

Además, este evento contó con la participación de Alexandra Rodríguez, representante de CONQUITO, entidad que días atrás reconoció el aporte del BAQ en contra de la desnutrición infantil en Quito, y en este contexto destacó que 5 de cada 10 niños y niñas van a la cama con hambre, registrando el 45 % de desnutrición infantil en Quito y mediante el Banco de Alimentos de Quito, se logra combatir esta problemática.

El BAQ agradece el decidido apoyo que ha recibido a lo largo de estos años de las autoridades de la EPN, de los docentes y estudiantes voluntarios, del personal que brinda su ayuda económica para comprar alimentos; y seguirán trabajando  para lograr un futuro sin hambre en nuestro país a través de la mejora continua de su modelo de gestión y del afianzamiento de vínculos entre el sector productivo y las personas en situación de vulnerabilidad alimentaria.