Estos criterios explicarían porque una universidad de carácter técnico como la Escuela Politécnica Nacional otorga a un humanista el Doctorado Honoris Causa, pues a la par de la excelencia en la formación científica, los estudiantes necesitan referentes que les recuerden que para realizarse y servir mejor a la sociedad no deben olvidarse de la solidaridad.
En su larga trayectoria se destaca el haber sido cofundador de la revista Cultura del Banco Central del Ecuador, bajo cuyos auspicios se editó la Biblioteca básica del pensamiento ecuatoriano. En 1989 ganó los Premios Nacionales de Periodismo de la Unión Nacional de Periodistas y el Premio Latinoamericano de Periodismo de Opinión otorgado por la Federación Latinoamericana de Periodistas de México. Fue miembro fundador de la Comisión Cívica Anticorrupción y Presidente de Quito Honesto. Durante veintiún años se ha desempeñado como director y maestro de la Escuela de Formación Docente del INEPE, y en este año se incorporará a la Academia Ecuatoriana de la Lengua. Es también Vicepresidente de la Sociedad Ecuatoriana de Bioética y Presidente de la Corporación Editora Nacional.
Como lector incansable no solo de temas filosóficos y sociales, sino también de lecturas científicas y crítico agudo del papel social de las mismas, desarrolló una sincera admiración por la labor de la Escuela Politécnica Nacional (EPN). Conocedor de la historia de la EPN, su pluma defendió a la Institución cuando peligraba su razón de ser como establecimiento al servicio de la sociedad. Además desde el 2007 es miembro de la Comisión de Vinculación con la Colectividad de la EPN.