Efectos socioeconómicos y financieros de la crisis sanitaria en los trabajadores ecuatorianos
Marcela Guachamín | Carolina Guevara-Rosero | José Ramírez-Álvarez Adriana Uquillas | Carmen Parreño | Verónica Orbea | Rafael Burbano
2021, 78 páginas
ISBN: 978-9978-383-60-5

 

Las crisis pandémicas han provocado afectaciones sociales, económicas y financieras a nivel mundial. A inicios del año 2020 se desencadenó una pandemia derivada por el virus SARS-COV-2. Esta pandemia generó la toma de medidas sanitarias como la cuarentena, que llevó a la paralización parcial o total de las actividades económicas. Esto ocasionó la reducción de horas de trabajo o incluso la pérdida de empleo para tanto trabajadores autónomos como trabajadores en relación de dependencia en el sector privado y público. Específicamente, en el caso ecuatoriano, para los trabajadores autónomos y emprendedores informales, la paralización de sus actividades ha ocasionado afectaciones graves a sus ingresos.

 

Como antecedente, a nivel nacional, en el 2018, el 36% de los trabajadores laboraron por cuenta propia. En las regiones más afectadas por el COVID-19 como Guayas, Pichincha, Los Ríos, Manabí y Azuay, estos trabajadores representaron el 38.7%, 31.7%, 36.4%, 38.9% y 38.3%, respectivamente. Entre enero y marzo del 2021, el 46.5% de los trabajadores con empleo se encontraban en el sector informal de la economía. Además, según el INEC (2017), cada vez menos trabajadores autónomos ingresan al sistema de seguridad social y son ellos quienes salen del sistema en mayor medida. Esto evidencia la situación de vulnerabilidad en la que ya se encontraban estos trabajadores antes de la pandemia COVID-19.

 

Con base en el análisis de la información recolectada, el Capítulo 1 muestra las características sociodemográficas, laborales y financieras de los trabajadores. El Capítulo 2 presenta primeras evidencias de la crisis de la COVID-19 en el ámbito laboral. En el Capítulo 3, se realiza un diagnóstico de la situación financiera de los actores mencionados, mediante la evaluación de su capacidad de ahorro, el nivel de endeudamiento, su necesidad de efectivo, accesibilidad a los productos y servicios del sector financiero regulado y no regulado y la necesidad de un crédito para reactivarse económicamente considerando su situación actual.

 

Para finalizar, se plantean las conclusiones y recomendaciones del estudio. En ellas, se detallan ciertas directrices para afrontar la crisis en el ámbito laboral y otras que se podrían considerar dentro de las políticas de inclusión crediticia, con el objeto de promover procesos de financiamiento como parte de acciones para la reactivación económica post COVID-19.